Estefanía, propietaria de la librería, nos explica los orígenes del nombre de “la sabatería”. Un homenaje a una historia inacabada.

«Durante años, cada mañana coincidía con un señor por la calle La Palma, que cada día abría su zapatería artesana. Un lugar pequeño con una gran cantidad de botes de betún en el escaparate. Nunca nos saludamos, pero creo que sabíamos uno del otro. Un día la zapatería ya no volvió a abrir, ni el siguiente, ni el otro… y pasados ​​los días comprendí que ya nunca más abriría los botes de betún. escaparate, la puerta… y finalmente, acabaron tapiando la entrada con cemento.

Seguramente, aquel zapatero, de toda la vida, abrió su negocio un último día, como cualquier otro, como lo había hecho durante años, siguiendo la misma rutina y tal vez aquella jornada esperó a que alguien entrara en su establecimiento, pero sospecho que no así fue.

Aquella persona discreta, que dio vida a la calle y atención a nuestras huellas, no es sino una de las muchas que, día tras día, sacan adelante ilusiones y proyectos, sueños y realidades… proyectos hechos seguramente con más corazón que aritmética.»

Entendemos la librería como un concepto de espacio único y para todos, donde se puede leer, escuchar música, disfrutar del entorno, donde la información se encuentra por azar, no buscada… la zapatería es un latido, son mil historias, un puente entre vivir y saber, leer y sentir. La librería tiene el carácter propio de un local del Centro Histórico, y su personalidad y valores respiran en todos y cada uno de sus elementos, que tienen toda la intención de invitar a la curiosidad y reflexión de los visitantes.

A continuación le mostramos algunas imágenes de las múltiples actividades que hemos realizado a lo largo de estos años de vida y del eco que se han hecho los medios de comunicación de nuestro pequeño espacio.